miércoles, 11 de febrero de 2009

Desarrollo de una filosofía de la música en la iglesia

Por: Charles L Pierce,
Director del Departamento de Bellas Artes en el Colegio de la Unión de Columbia cuando escribió este artículo.

Revista del Anciano, no. 29.

LA IGLESIA Adventista del Séptimo Día, ha usado siempre la música como parte de su servicio de adoración, desde los días cuando se componía de pequeños grupos dispersos que cantaban los himnos del advenimiento, hasta las iglesias demasiado grandes, que existen hoy, con sus grandes órganos y sus coros espléndidos. Al principio cantábamos los himnos de otras iglesias, añadiendo nuevos cantos que reflejaran nuestras propias doctrinas, que generalmente eran poemas cantados con la tonada de cualquier pieza bien conocida que tuviera la misma métrica. Un ejemplo de esto fue el himno "JesúsViene Pronto," que se cantaba con la melodía llamada "Expectación". Esta es la misma música que se usaba en una canción popular cuyo título era "Nelly era una muchacha, murió anoche" (Véase Spaulding, Origin and History of Seventh-Day Adventist, [Origen e historia de los adventistas del séptimo día], tomo 2, p.132). De esto se puede concluir que nuestros fundadores no se preocuparon mucho en cuanto a tonadas sagradas, siempre y cuando el mensaje de las palabras fuese religioso. Hoy afrontamos el desafío de conformar algún tipo de filosofía que pueda usarse como guía para la música que tocamos en nuestras iglesias. Para hacerlo, es necesario primero ponernos de acuerdo con respecto al propósito o los propósitos de la música en la iglesia, identificar nuestra tradición musical, si la tenemos, y tomar en cuenta también los problemas que hemos encontrado en los estilos contemporáneos.Todos debiéramos estar de acuerdo con el concepto de que el propósito principal de la música en el culto religioso es la adoración. En otro tipo de reuniones podría ser el cantar acerca de las doctrinas, la historia de la salvación, o el gozo que produce la relación con Jesús. La función de la música, entonces, es añadir significado al servicio de adoración y constituirse en una avenida adicional mediante la cual podamos expresarnos en estos ejercicios religiosos. Las pautas que se nos han dado en el Espíritu de Profecía son buenas, a pesar de ser generales; y se refieren al aspecto general de los usos que debieran y no debieran dársele a la música. Este es el patrón que ha seguido la mayoría de los escritores que han publicado artículos sobre este tema en nuestras revistas denominacionales. Todos ellos nos han dado buenas ideas generales, pero en la mayor parte de los casos han evitado discutir los problemas que tal vez han encontrado.Cuando uno intenta expresar sus creencias con respecto a la música en la iglesia, confronta una multitud abrumadora de preguntas. Veamos primero la tradición. Nuestra iglesia no tiene realmente una tradición musical, como la tienen las denominaciones protestantesmás antiguas tales como los luteranos, los presbiterianos y metodistas. Cualquier tradición que tengamos tendría que tener su centro en el evangelismo. Esto conduce a la tradición de los cantos evangélicos, aquellos que nos hablan de Jesús y su amor hacia nosotros. También encontramos que los escritores de himnos adventistas han escrito himnos que tienen que ver con la mayoría de nuestras creencias doctrinales, incluyendo la temperancia y la recolección. Tenemos muy pocos himnos de adoración que hayan sido compuestos por autores adventistas. Podría mencionar a F. E. Belden,quien escribió unos cuantos y Harold A. Miller, que escribió al menos uno, pero la vasta mayoría de los himnos de compositores adventistas son himnos con los temas del evangelio, también llamados evangélicos o"gospel". Esto nos lleva al primer problema para establecer nuestra filosofía. ¿El patrón de quién seguiríamos al decidir sobre la clasede música apropiada para el servicio en la iglesia? Hay una minoría que se expresa con mucha insistencia, cuya fe inquebrantable se basa en la gran tradición musical de las iglesias protestantes, los himnos de Lutero, Wesley y otros. Ellos no admiten que los himnos evangélicos (gospel), con el estilo más ligero que incluyen, tengan un lugar en el servicio de adoración. Podríamos referirnos a estas personas como los tradicionalistas de la himnología eclesiástica.Luego están los evangelistas, que piensan que cualquier canto cuyo texto encaje con el sermón tiene que ser apropiado para el servicio, sin importar la estructura o el estilo de la música. Hay otro grupo compuesto de educadores en el área de la música y músicos profesionales, quienes han sido educados siguiendo un currículo profesional y se consideran autoridades en música religiosa. Ellos no se comprometen ni ceden en ningún sentido, y sólo usan la música de los grandes maestros en su preparación para los servicios religiosos. Un cuarto grupo está formado por personas, a menudo bien educadas y aveces sin educación, pero en general totalmente sin conocimiento musical. Sin embargo, estas personas buscan refrigerio espiritual y crecimiento mediante el servicio religioso. Saben lo que les gusta y les gusta lo que saben. Y por último, sin que por ello sean menos importantes, están los jóvenes. Este segmento de la iglesia es muy vocal al respecto y gusta del estilo familiar de la música popular. Dado que hemos sido tan negligentes en proveerles dirección, no podríamos esperar que su elección automáticamente sea la mejor. Por lo tanto, muchos no pueden distinguir la diferencia existente entre la música sagrada y la secular. Debemos considerar también los siguientes factores:
1. Que debimos haber tenido esta reunión hace treinta años. Nuestros esfuerzos ahora son como si intentáramos regresar el agua que sederramó sobre la represa hace mucho.
2. Que hemos estado hasta el momento sin una norma uniforme sobre la música a excepción de lo que aparece en los escritos de Elena G.White, que son excelentes, pero no son explícitos en detalles.
3. Que los educadores en el área de la música y los ministros de la iglesia por lo general parecen estar trabajando en direcciones diferentes y se han estado alejando más y más en sus ideales y sus metas con respecto a la música en la iglesia.
4. Que nos hemos enamorado y hemos sido seducidos por la melodía y el ritmo de los cantos populares evangélicos (gospel) de tal manera que hemos perdido nuestro sentido de los méritos y los valores, y pareciéramos conformarnos con flotar a la deriva musical, sumergidos en un mar de sonidos en peligro de envolvernos, a menos que seamos capaces de encontrar una balsa salvavidas en la que podamos salvarnos y recobrar nuestro sentido de equilibrio musical. Al considerar todos estos puntos como problemas, pareciera imposible la tarea de desarrollar la filosofía de la música para la IglesiaAdventista del Séptimo Día, pero con la ayuda de Dios encontraremos la manera de salvar estos obstáculos. En el número de Noviembre 24, de 1958 de la revista Christianity Today [El cristianismo hoy] apareció un artículo de Edward A. Cording titulado "Música digna de Dios". Las siguientes son unas cuantas citas tomadas de ese artículo que expresan la preocupación de otras generaciones, sus ideas y soluciones."El nivel espiritual de la iglesia de hoy se mide por el tipo de música y el carácter de los cantos que se cantan. En este tiempo las tonadas pegajosas son las populares, y francamente uno puede bailar al son de algunas piezas de la música de la iglesia contemporánea... En la radio no siempre se puede estar seguro si lo que uno escucha es una balada, "boogie", "bebop" (ambos tipos de jazz), o el último corito dela iglesia. Muchos autores se están haciendo ricos escribiendo este tipo bajo de música, que apela a la carne. Es como usar droga; mientras más se la escucha, más desea uno seguirla escuchando, hasta volverse adicto." -Dr. Vernon McGee, Church of the Open Door, [La iglesia de la puerta abierta], Los Ángeles, California. "Allí donde la cristiandad debiera adorar en el sentido más elevado de la palabra, a menudo se ha quedado corta en glorificar a Dios, debido a su falla en la música. Si el entretenimiento llega a ser el objetivo, no es un misterio la razón por la que tenemos una expresión pervertida de la fe cristiana, pues el objetivo del artista y el del mensajero de Dios son inherentemente distintos. Con el primero, es loque la gente quiere; con el segundo, lo que necesita. Somos tan culpables en nuestro canto como lo somos en nuestra predicación si no seguimos completamente el consejo de Dios". -(Irving Sablosky,crítico, Chicago Daily News).Si tenemos presente en nuestra mente que la música en la iglesia no es un fin en sí mismo, sino un medio para llegar a un fin ulterior, tendremos menos dificultad en marcar nuestro camino. El fin que se busca es la gloria de Dios y no la gloria del intérprete, o de la música.
Para llegar a una conclusión respecto a la música en la iglesia, es necesario tomar en cuenta las diferentes clases de servicios que se celebran en la misma. Debemos tener himnos de adoración en nuestro servicio del sábado de mañana y también cantos de tipo evangélico (gospel) en la Escuela Sabática y en la reunión de oración. Al escoger esta segunda clase de música religiosa debemos prestar atención especial al seleccionar tanto la música como las palabras, de manera que nada trivial o barato llegue a formar parte de nuestros servicios. La música para los jóvenes debe ser lo suficientemente contemporánea en sonido y palabras para que sea atractiva y con significado para ellos, pero no debiese incluir el estilo popular y barato que es ya común. No hay nada que sea intrínsecamente malo en el uso de instrumentos tales como la guitarra, el bajo, instrumentos depercusión o baterías; pero debe darse instrucción y guía respecto a la manera de usarlos. Debe ejercerse gran cuidado para que los elementosde la música rock no lleguen a formar parte de nuestros servicios. Mientras nos esforzamos por producir nuestra propia filosofía de la música, debemos tener en mente que los grandes himnos de la iglesia son los de alabanza; que la historia de la salvación y del amor de Dios hacia nosotros se narra en los cantos evangélicos; que debemos pugnar por cultivar en nuestra iglesia lo que es de mérito y valor perdurable, y descubrir las pautas con las que podamos prestar ayuda a nuestros jóvenes en su desarrollo. No debemos condenar a los jóvenes con un "No... harás" cuando nos traen una versión extrema de alguna canción religiosa de rock, sino debemos ayudarlos a encontrar lo que es bueno y que pueda traer una verdadera bendición espiritual. Con la ayuda de Dios tendremos la sabiduría para acercarnos al tronodel cielo con música que sea "sencilla, melodiosa y de alabanza aDios".

1 comentario:

Dr. Saúl Márquez dijo...

Hola Profe:
He estado leyendo los artículos que ha compartido en el blog, de hecho este mismo lo puse en el foro examusum y después me dí cuenta que ya ud. lo había colocado por aquí.

Para finalizar el artículo menciona lo siguiente:

"La música para los jóvenes debe ser lo suficientemente contemporánea en sonido y palabras para que sea atractiva y con significado para ellos, pero no debiese incluir el estilo popular y barato que es ya común. No hay nada que sea intrínsecamente malo en el uso de instrumentos tales como la guitarra, el bajo, instrumentos de percusión o baterías; pero debe darse instrucción y guía respecto a la manera de usarlos."

Me gustaría saber sí en Montemorelos ya se está haciendo algo al respecto, ¿Ya se está dando instrucción sobre el uso de las guitarras, bajo y batería? y sí aún no es así, ¿tienen planes de hacerlo?

Gracias

Atte. Saúl Márquez