jueves, 22 de noviembre de 2007

Departamento de Música de la Iglesia

Música y Adoración: un plan estratégico para la unidad de la iglesia.

Por: Dr. J. Francisco Stout.

Filosofí­a, objetivos y prácticas Filosófic­as

Declaración de MisiónLa Iglesia Adventista del Séptimo Día de _________________, basándose en la revelación divina, cree que la música es un don de origen divino que ha sido dado a la iglesia con propósitos nobles y elevados; advierte que la música sirve como medio de comunicación entre el hombre y Dios, y es un instrumento muy poderoso para tocar los corazones y grabar en ellos la verdad espiritual; entiende que la música debe constituirse en un ministerio por medio del cual el hombre reconozca a Dios como su Creador y Sustentador y se sienta inducido a acercarse a Él en actos de adoración; en efecto, cree que el objetivo principal y esencial de la adoración es exaltar a Dios, a su Hijo Jesús y al Espí­ritu Santo que mora entre los hombres; reconoce también, que la música es un agente poderoso que ejerce influencia en el ser humano tanto para el bien como para el mal. Consciente de esto y reconociendo el tierno amor de Dios así­ como su poder, grandeza y majestad, la Iglesia adorará en espí­ritu y en verdad y tratará de lograr que con la música se subyuguen y suavicen los corazones y, a la vez, se estimulen las mentes de los adoradores para comprender, aceptar y transmitir los valores del mensaje evangélico.

Objetivos Generales

Sustentada en la declaración anterior, la Iglesia adventista del Séptimo Día de ______________ formula los siguientes objetivos de su Misión.

1. La función primordial de la música en la iglesia será la de servir como un instrumento para guiar las mentes de los adoradores hacia Dios y su mensaje.
2. Las presentaciones musicales, en su conjunto total, serán suficientemente variadas en estilo e interpretación de modo que nutran las necesidades espirituales de los diferentes sectores de la iglesia: adultos, jóvenes, adolescentes, y niños así como la de todos los visitantes.
3. El programa musical de la iglesia promoverá el crecimiento espiritual e intelec-tual, educando permanentemente a los miembros y participantes invitados a apre-ciar y seleccionar lo mejor de cada estilo musical o expresión cultural. 4. Los encargados de la música en la iglesia elaborarán y mantendrán un sistema de programación definido, ordenado, funcional y periódico.
5. La música en todos sus aspectos, será un elemento de apoyo a los objetivos de la Iglesia, constituyéndose en un elemento de integración que promueva la unidad entre los miembros al adorar, así como, entre los diferentes departamentos al fomentar un espí­ritu de comprensión y armonía.

Objetivos y Actividades
A. La función primordial de la música en la iglesia será la de servir como un instrumento para guiar las mentes de los adoradores hacia Dios y su mensaje.

Actividades:
1. Buscar coherencia entre la participación musical y el mensaje o tema.
2. Como práctica común, programar no más de dos participaciones musicales en los programas de Escuela Sabática y Culto Divino. Mantener un balance saludable en otros programas tales como programas de jóvenes, reuniones de oración, y otros.
3. En la interpretación, mantener un balance tolerable a la mayoría entre elementos tales como ritmo, instrumentación (tanto en vivo como en pistas), coreografía, volumen, e indumentaria de manera que éstos no distraigan la mente de los oyentes del verdadero espíritu de adoración.
4. Seleccionar piezas musicales que, de acuerdo con el contexto cultural y social de esta Iglesia en particular, eviten mezclar en las mentes de los oyentes lo sagrado con lo profano y que estimulen, evoquen o insinúen sentimientos o percepciones que distraigan de una adoración genuina.
5. Expresar por medio de la letra mensajes que sean congruentes con las doctrinas de la iglesia.
B. Las presentaciones musicales, en su conjunto total, serán suficientemente variadas en estilo e interpretación de modo que nutran las necesidades espirituales de los diferentes sectores de la iglesia: adultos, jóvenes, adolescentes, niños, y visitantes.
Actividades:
1. Incluir en la programación de los cultos generales (Escuela Sabática, Culto Divino y otros cultos especiales) una variedad de estilos de manera intencional y balanceada.
2. Organizar programas especiales de música tradicional cristiana, de música cristiana contemporánea, de música culta, de música juvenil y para niños.
3. Integrar la Comisión de Música de la Iglesia con representación de todos los sectores.
C. El programa musical de la iglesia promoverá el crecimiento espiritual e intelectual educando permanentemente a los miembros y participantes invitados a apreciar y seleccionar lo mejor de cada estilo musical o expresión cultural.

Actividades: 1. Abordar el tópico de la adoración en general y de la música en especí­fico dentro de la temática de sermones y temas de estudio y discusión en los diferentes programas de la Iglesia.
2. Organizar seminarios y talleres de estudio relacionados con el tema de la música.
3. Promover el estudio de instrumentos musicales en forma individual, especialmente entre niños de la Iglesia (se puede considerar una ayuda especial para incentivar a niños a llevar clases privadas de instrumentos).
4. Fomentar y facilitar la organización de grupos corales e instrumentales bajo la dirección de lí­deres competentes y dispuestos.
5. Requerir a la Iglesia un presupuesto apropiado para la compra de materiales y equipo necesarios para promover y lograr sus objetivos.

D. Los encargados de la música en la iglesia elaborarán y mantendrán un sistema de programación definido, ordenado, funcional, y periódico.
Actividades: 1. La Comisión de Música de la Iglesia será el organismo encargado de interpretar este documento, así­ como de normar y coordinar la programación musical de todos los sectores de la Iglesia.
2. Se desarrollará una programación mensual para el Culto Divino, la Escuela Sabática, programas juveniles, y los Cultos de Oración; la Comisión también programará las actividades musicales para eventos especiales tales como Semanas de Oración, Funerales, Santa Cena, y otros.

E. La música en todos sus aspectos será un elemento de apoyo a los objetivos de la Iglesia, constituyéndose en un elemento de integración que promueva la unidad entre los miembros y fomente un espíritu de comprensión y armonía.

Actividades:
1. Incluir como miembros de la Comisión de Música representantes de todos los sectores de la Iglesia.
2. Promover programas musicales con la intención definida de cruzar lí­neas entre los diferentes grupos de la Iglesia.
3. Fomentar y facilitar el diálogo entre todos los miembros de iglesia.
4. Vigilar que en la programación musical ningún estilo en particular se oriente a los extremos de manera que lo presentado se mantenga dentro de lo que puede ser aceptable o tolerable para la mayorí­a.

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